Seguimos con los poemas de nuestro amigo y colaborador, Faustino Hernández: Octavas reales sobre ruedas. Esta dedicada a Ocaña, tan de moda por la publicación de su biografía de la mano de Cultura Ciclista.
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LUIS OCAÑA
Dijeron en «El Dicen»,que fue Ocaña,
en la contrarreloj siempre el mejor:
en el sesenta y ocho, en El Fagor,
ya fue el segundo de la Vuelta a España.
En el setenta,a nadie, a nadie extraña
que la gane este enorme corredor.
En el setenta y uno, Merckx encaja,
ocho minutos,ocho, de ventaja.
Y ocurrió el accidente,que fatal
resultó para el claro favorito,
como reconoció el belga,contrito,
y Ocaña terminó en el Hospital.
El belga fue elegante y muy cordial,
y tuvo un gesto espléndido y bonito:
no lució su maillot,reconociendo
por qué estaba ganando y no perdiendo.
Y dos años más tarde llegó su hora:
aplastó a sus magníficos rivales,
derrochando sus dotes,a raudales,
como lo hiciera una apisonadora.
En la Montaña fue avasalladora
su marcha: fue un ciclón,dando pedales.
En la última Etapa,contra el crono,
de la ronda francesa,subió al trono.
Dejó la bici en el setenta y siete;
se metió en un negocio de viñedos;
empezaron sus dudas y sus miedos:
las deudas lo metieron en un brete.
Merckx,que se entera,su dinero mete,
echando,no una mano,los diez dedos:
muestra otra vez su clase y su elegancia
el pentacampeón del Tour de Francia.
En su blog, Verso y pedagogía, Faustino va volcando los más de treinta mil versos que tiene registrados. Hay para todos los gustos, desde los dedicados a la política o la historia, hasta las adaptaciones de chistes que le cuentan.
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